domingo, 6 de noviembre de 2016

Galarreta: Historia de un tremendo tránsfuga


Sin autoridad moral. El hoy legislador fujimorista Jorge Galarreta se acomoda donde más le conviene 

 El congresista Galarreta parece no recordar su pasado. El 2011 entró al Congreso con la Alianza por el Gran Cambio, coalición electoral en la que el PPC -partido en el que estaba Galarreta-, junto con la agrupación de César Acuña (APP), postulaban a PPK a la presidencia. Por entonces, Galarreta era acérrimo crítico del fujimorismo, y así lo demostró en una entrevista con la periodista Rosa María Palacios:








Antes, cuando formaba parte de Unidad Nacional, era antifujimorista. Hablaba de “fujimontesinismo”. 

 Incluso, pedía que Kouri y Keiko sean transparentes con sus estudios y propiedades.




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Los anticuchazos de los congresistas fujimoristas

Desde corruptos hasta acusados de asesinato

En un reporte periodístico de Patricia Hoyos para el diario La República, nos cuenta la fatal noticia de que el nuevo Congreso será integrado por personas que ostentan sentencias judiciales por corrupción, por no pasar pensión de alimentos y hasta investigados por asesinato.

Adivinen quién le lleva la delantera a todos: Sí, el partido de Keiko Fujimori. 


Antes de entrar al detalle, existen varios delitos que se repiten, como colusión, peculado, negociación incompatible, etc. Los nombres son estrictamente técnicos en el lenguaje del derecho, pero nosotros hemos hablado con un experto en la materia y elaboramos un breve resumen de lo que significa cada uno.
  • Colusión:

Es cuando el funcionario o servidor público realiza acuerdos bajo la mesa y concede licitaciones (solo por citar un ejemplo) del Estado. Esto se castiga con penas de cárcel que van de tres a quince años.
  • Peculado:

Aquí resumiremos la larguísima explicación de este delito en el Código Penal: peculado es cuando un funcionario público roba. O sea, se mete al bolsillo la plata de todos los peruanos. Si cometes este delito te condenan entre cuatro y ocho años en la cárcel. Pero si te robas dinero que ha sido destinado a apoyo social, la pena aumenta a 12 años.
  • Apropiación ilícita:

Si te apropias de un inmueble, dinero o valor que recibiste con el compromiso de devolverlo, serás condenado entre dos a cuatro años de prisión. Si se te dio el bien y tu misión era resguardarlo como tutor o albacea, etc. la pena sube a seis años. Si el bien era destinado a poblaciones vulnerables, la pena sube a 10 años.
  • Usurpación

Es cuando para apropiarse de un bien inmueble (o parte de este) se destruye los linderos del mismo o se amenaza o se engaña o se abusa de la confianza del dueño o si se ingresa ilegalmente aprovechando la ausencia del propietario. Si haces eso, te caen hasta cinco años de cárcel.
  • Negociación incompatible

Un funcionario público le otorga un contrato con el Estado a su empresa o a un amigo. Si haces eso te puedes ir hasta cuatro años a la cana.
Ojo que en un solo caso pueden estar resumidos varios delitos. Toda esta información la puedes encontrar mucho más detallada en el Código Penal.
Ahora sí y después de haberte nutrido en derecho, estos son los angelitos que tendremos que ver toditos los días a partir del 28 de julio.

Fuerza Popular

Para el próximo periodo legislativo -según indica el reportaje- la bancada de la hija mayor de Alberto Fujimori tendrá entre sus filas a seis sentenciados y cuatro con procesos pendientes de resolver en las instancias judiciales.
¿Quiénes son?

Guillermo Martorell

Tiene un proceso aún abierto por colusión. 

Miky Dipas

Sentencia por alimentos.

Víctor Albrecht

Sentenciado por peculado.

Héctor Becerril

Sentenciado por alimentos.

Vicente Zeballos

Sentencia por alimentos.

Luis Yika

Sentencia por alimentos.

Lucio Ávila

Sentencia por alimentos.

Yesenia Ponce

Tiene una condena en materia laboral.

Sonia Echeverría

Tiene una sentencia pero en el fuero civil.

Roy Ventura

Usurpación, peculado y colusión. 

César Segura

Esto es escandaloso: apropiación ilícita, lesiones culposas y homicidio culposo.
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Incendio en Cantagallo: Fujimorismo blinda a Castañeda


Comision de Fiscalización controlada por la bancada de Fuerza Popular decide no citar a alcalde de Lima

 El presidente de la Comisión de Fiscalización, Héctor Becerril (Fuerza Popular), explicó que la situación de reubicación de la comunidad shipibo-conibo en la zona de Cantagallo, en el Rímac, no está dentro de las funciones de su grupo de trabajo. Ello en respuesta a la sugerencia de Alberto de Belaunde sobre este caso.

Héctor Becerril indicó que no adelantará opiniones al respecto de la responsabilidad política por la reubicación de la comunidad shipibo-conibo de Cantagallo, y que no se dejará influenciar por sentimientos de animadversión o de afinidad política.

“No me voy a prestar a que sus odios o venganzas personales lo lleven a la Comisión de Fiscalización. A mí no me van a utilizar. Yo estoy dando muestras clarísimas de que aquí no hay ningún tipo de blindaje”, argumentó Héctor Becerril aunque en la practica se demuestre lo contrario.
Anteriormente, el presidente de la comisión ya había descartado que esta indague el presunto negociado entre la empresa brasileña OAS y funcionarios de la gestión de Luis Castañeda Lossio en la Municipalidad de Lima.
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sábado, 7 de mayo de 2016

Cuando Alberto Fujimori se declaró culpable de corrupción


Ex dictador aceptó los cargos de soborno, espionaje telefónico y la compra irregular de un medio de comunicación.  

 El ex presidente Alberto Fujimori aceptó el lunes 28 de septiembre del 2009, las acusaciones del fiscal en el inicio de un proceso por soborno, espionaje telefónico y la compra irregular de un medio de comunicación, con lo cual el juez declaró la "conclusión anticipada" del proceso. El juez dijo que dictará sentencia el miércoles. Fujimori ya se sometió a dicha figura cuando se le acusó por un millonario pago a su ex asesor Vladimiro Montesinos. En el último proceso por el cual fue extraditado de Chile en el 2007, Fujimori escuchó la acusación fiscal en la que se solicita una pena de ocho años de prisión por los cargos cometidos durante su Gobierno, entre 1990 y el 2000. "Señor, estoy conforme", dijo escuetamente 
 El cuarto y último juicio por corrupción contra Fujimori se hzio con más de 60 testigos y una decena de agraviados, entre los que figuran periodistas, políticos y ex militares peruanos.
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lunes, 2 de mayo de 2016

Movimiento migratorio de Keiko Fujimori revela rastro del dinero con el que pagó sus estudios

 
Candidata presidencial fujimorista afirmó que cada vez que retornaba de EE.UU., su padre le daba en efectivo los fondos para pagar su carrera y las de sus hermanos en Norteamérica. Entre 1994 y 2000, entró y salió del país del norte en 40 ocasiones.


La actualización de los datos del movimiento migratorio de Keiko Fujimori Higuchi arroja más luces sobre el origen del dinero que usó para financiar sus estudios y los de sus hermanos en escuelas y universidades de Estados Unidos. Entre los años 1994 y 2000, la candidata del fujimorismo ingresó y salió del país al menos en 40 oportunidades. ¿Por qué es relevante este número?
 
El 10 de enero de 2001, Keiko Fujimori declaró bajo juramento ante la comisión investigadora que presidía el congresista David Waisman que cada vez que llegaba a Lima procedente de Estados Unidos, su progenitor le entregaba en Palacio de Gobierno el dinero en efectivo para costear sus estudios y su residencia. Ella empezó su carrera en centros académicos estadounidenses en 1993.
 
La señora Fujimori reiteró la versión el 27 de septiembre del 2001, en esta ocasión en la comisión que presidió el legislador Mauricio Mulder: “Mi padre me daba el dinero en efectivo, acá (en Lima)”, dijo.
 
En consecuencia, pagó sus estudios y los de sus hermanos en efectivo con dinero que le proporcionaba su papá en Palacio de Gobierno.
 
¿Esto quiere decir que 40 veces recibió dinero de manos de su padre en Palacio de Gobierno? La oportunidad para preguntárselo a la aspirante a la jefatura del Estado por el fujimorismo se presentó en marzo de este año, pero la Comisión de Fiscalización, con votos fujimoristas, rechazó una iniciativa para investigar este caso.
 
Entre 1994 y 1997, año en que Keiko Fujimori concluyó sus estudios en la Boston University, llegó a Lima de Estados Unidos 27 veces.
 
De 1998 al 2000, los hermanos de Keiko Fujimori continuaron sus carreras profesionales en Estados Unidos. En esos años, ella salió y regresó de Estados Unidos en 13 oportunidades.
 
Si según sus declaraciones, cada vez que venía a Lima, su padre Alberto Fujimori le entregaba fajos de dólares para ella y sus hermanos, todo indica que ese mecanismo se repitió 40 veces.
 
La candidata fujimorista a la presidencia de la República nunca ha aclarado cuál es el origen del dinero efectivo que le proporcionaba su padre en Palacio de Gobierno.
 
 

Rastro del dinero

Más bien Keiko Fujimori elaboró una nueva versión: que sus estudios y los de sus hermanos fueron pagados con el dinero que el ex presidente les otorgó a los cuatro como producto de la venta de un inmueble en la calle Pinerolo, en Surco.
 
Sin embargo, por esa operación inmobiliaria Alberto Fujimori recién cobró en 1999, dos años después de la graduación de Keiko Fujimori.
 
Es más, para llevar la contabilidad de los gastos, Alberto Fujimori le pidió a su hija que la Universidad de Boston le enviara los reportes de los pagos a Palacio de Gobierno, lo que efectivamente ocurrió, según consta en documentos. Este hecho comprueba que Fujimori le daba el dinero en efectivo a Keiko en su residencia presidencial y estaba al tanto del destino de sus fondos.
 
Sin embargo, la Fiscalía de la Nación archivó la investigación a Keiko Fujimori y sus hermanos bajo el argumento de que una parte de los delitos prescribió y que el resto no pudo comprobarse.
 
La fiscalía ni siquiera valoró un informe de peritos contables de la Contraloría General de la República, quienes descubrieron que el dinero que obtuvo Alberto Fujimori de una propiedad en Surco, y que entregó a sus hijos supuestamente para los gastos de sus estudios, tuvo otro destino y nunca llegó a las universidades estadounidenses.
 
En efecto, Keiko y Sachi Fujimori abrieron sendas cuentas a plazo fijo para ganar intereses en el Citibank, e Hiro y Kenji depositaron su parte en la cuenta que su tío Víctor Aritomi Shinto tenía en una filial en Panamá del Bank of Tokyo.
 
Nadie sabe, excepto los hermanos Fujimori Higuchi, por qué ese dinero no terminó en las cuentas de las universidades norteamericanas.
 
Estos datos demuestran contundentemente el origen dudoso del dinero en efectivo que según la propia Keiko Fujimori su padre le apoquinaba personalmente en Palacio de Gobierno cada vez que retornaba de Estados Unidos.
 
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César Hildebrandt: "Keiko Fujimori es la hija ilesa y fiel de quien convirtió al país en un desastre"

Periodista opinó que los cánones de la democracia están en riesgo, si Keiko Fujimori gana las elecciones.


El periodista César Hildebrandt se refirió a las diferencias entre los candidatos que disputan la segunda vuelta electoral, Keiko Fujimori y Pedro Pablo Kuczynski. Aseguró que, aunque representan el mismo modelo económico, existen distintivos importantes entre los aspirantes a dirigir el país.

El director del semanario ‘Hildebrandt en sus Trece’ señaló que “con PPK, de ganar, tendremos un gobierno de derecha. Pero eso es algo en lo que ya somos expertos: Toledo, García y Humala. Y sin embargo, con ninguno de ellos, a pesar de mil miserias, hemos sentido que estaban en riesgo los cánones de la democracia”.
Asimismo, el periodista consideró que “PPK es predecible. Keiko es la hija ilesa y fiel -más allá de las apariencias electorales- de quien convirtió al Perú en una mierda”.
En su columna semanal, Hildebrandt escribió que Keiko Fujimori, como persona, no representa un problema, sino lo que ella encarna. Opinó que personajes del fujimorismo, como Cecilia Chacón y Héctor Becerril ya dieron muestras de lo que sería un eventual gobierno de Fuerza Popular.

“Las promesas de niña buena de Keiko valen tanto como las de su padre y el “no shock” del año 1990. Y mientras más dice Keiko que confiemos en ella, más se parece al padre al que sigue exculpando”, sostuvo.
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El fujimorismo destruyó los derechos fundamentales de los trabajadores

 
Despidió a 300 mil trabajadores públicos , creó las services y demolió sindicatos. Gobierno de ese entonces creó la figura del despido arbitrario que permitió que los empleadores despidieran a los trabajadores sin mayor explicación.
 

La avalancha de normas antilaborales que dio el gobierno de Alberto Fujimori sepultó los derechos de los trabajadores desde los primeros años de su gestión.

El señor Raúl Ramos Silva es un sobreviviente de ese desastre. En el año 1994, luego de 35 años de servicio en la Municipalidad de Lima y con la nueva legislación laboral fujimorista, le pusieron la pistola en la cabeza: “O renuncias o no recibes beneficios”. Optó por lo primero y hasta ahora –a los setenta años de edad– no se le reconoce todos sus derechos. Él aún no se da por vencido.

“Estuve obligado a renunciar al igual que la mayoría de obreros con un mínimo de la indemnización de lo que me correspondía y hasta ahora nos deben. Por treinta y cinco años de servicio solo cobro 220 soles de pensión”, recuerda.

La lista de ‘muertos y heridos’ de esa aplanadora de decretos es larga. Manuel Cortez, secretario general de la Coordinadora Nacional de Despedidos, señala que entre los años 1991 y 1998 se despidieron a cerca de 300 mil trabajadores del sector público, 180 mil de la administración y unos 120 mil de las empresas.

Una de las primeras normas laborales del gobierno fujimorista se dio en enero del año 1991 cuando se publicó el Decreto Supremo 004-91 PCM –firmado por el entonces ministro de Economía Juan Carlos Hurtado Miller– , el cual se planteaba la reestructuración del Estado, porque –argumentaban– había mucha gente y se tenía que “racionalizar”, es decir, despedir. “Hasta entonces los trabajadores solo podían ser despedidos por faltas graves”, recuerda Cortez.

Dicho decreto autorizó a todas las entidades públicas a hacer reestructuraciones y dar incentivos para los trabajadores que quieran dejar su puesto de manera voluntaria, esto porque el sueldo básico de los trabajadores era ínfimo.

Cortez precisa que si bien ese sistema se llamó “voluntario” si el trabajador no lo aceptaba igual era despedido y sin incentivo, además que se prohibía su regreso a la administración pública.

“El pretexto del gobierno era que el Estado se tenía que reducir para ser más eficiente porque los trabajadores públicos eran ‘comechados’ y se necesitaba contratar a personal especializado. Lo cierto es que el número de trabajadores nunca se modificó porque luego de que despidieron a los estables se contrató a otros bajo el régimen de contratos por servicios no personales. Ellos no tendrían derechos como vacaciones, aportaciones al sistema de pensiones o seguro médico”, explica el dirigente.

La época más nefasta
Pero esos 300 mil despedidos no fueron las únicas víctimas de las normas que se dieron durante el fujimorismo. El abogado laboralista Carlos Blancas califica esos años como “una época muy nefasta para el derecho laboral”, pues se eliminó una serie de “derechos fundamentales de los trabajadores”. Entre ellos menciona la eliminación de la estabilidad laboral y la creación de la figura del despido arbitrario a través del Decreto Legislativo 728, lo que también perjudicó a los trabajadores privados. Ese decreto se consolidó el año 95 con la Ley 21513, que eliminó por completo todos los rezagos de la estabilidad.

“Esa figura permitió el despido de dirigentes laborales y el descabezamiento de los sindicatos. Al inicio del gobierno la tasa de sindicalización era de más de 20% y al terminar fue de 3% a 4%”, recuerda Blancas Bustamante.

En opinión del abogado, otro tema muy grave fue la creación de las services mediante la apertura de la intermediación laboral, lo que significa –hasta ahora– la evasión de las obligaciones laborales y la precarización del trabajo, pues esos trabajadores no gozarían de una serie de derechos como uno formal. “La tercerización fue para evitar la estabilidad laboral y la organización sindical. Así, la capacidad de reclamo se redujo y trajo como consecuencia el pago de salarios bajos”, explicó el abogado.

Ese no fue el único daño porque también se ampliaron los contratos temporales, lo que provocó que los trabajadores lleven muchos años haciendo labores de uno estable, pero firmando contratos cada cierto tiempo.

Si bien el argumento del fujimorismo para realizar toda esta política de flexibilización laboral fue la creación de más puestos de trabajo, lo cierto es que –dice Blancas–durante los diez años de fujimorismo las cifras de desempleo fueron las mismas.

Javier Mujica: “Fue la flexibilización más salvaje”

El laboralista Javier Mujica dijo que los cambios que hizo el gobierno fujimorista en materia laboral determinaron que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) la calificara como la flexibilización laboral más salvaje en América Latina. Además, señala que con la Constitución del 93 se dejaron de lado dieciséis derechos sociales, muchos de carácter laboral. Entre las normas más graves, Mujica manifiesta las que se dieron para facilitar los despidos.

Mujica indica que también se creó el despido arbitrario, es decir que, en adelante, el empleador podría despedir a un trabajador sin darle una explicación. “Además, se dio la Ley de relaciones colectivas de trabajo que privó a los trabajadores de la protección de la autoridad administrativa”, acotó.

El abogado indica que otro aspecto nefasto se dio cuando se implantó la renegociación de los acuerdos de los trabajadores con los empleadores que se habían suscrito hasta entonces. “Pero eso se hizo con sindicatos debilitados y los trabajadores perdieron sus derechos”, sostuvo.
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El Fujimorismo Ordenó la Muerte Pedro Huilca en 1992

El 18 de diciembre de 1992, Pedro Huilca Tecse, Secretario General de la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), murió acribillado a balazos dentro de una camioneta, frente a la puerta de su casa. Los disparos fueron hechos con silenciadores. Sin embargo, nadie le salió al paso, como solían hacer los subversivos tras un implacable reglaje a sus víctimas. Los sicarios llegaron después del desayuno de la familia; unos instantes más y no lo encontraban.



Momentos después del crimen se echó a andar la versión que se trataba de un nuevo atentado de Sendero Luminoso. Una década después José Luis Risco, presidente de una subcomisión investigadora del congreso, presentó el testimonio de un agente que hacía trabajos sucios para el Servicio de Inteligencia Nacional (SIN): Clemente Alayo.



Alayo reveló que en octubre del año 1992, Martín Rivas recibió una llamada de Fujimori al salir de los baños saunaPardo. Tras ello el jefe del Grupo Colina anunció que se preparaba el crimen de Huilca.



Alayo volvió a oír del tema en los primeros días de noviembre. Se encontró con Martín Rivas cerca de la Plaza 2 de Mayo, a pocos pasos del local de la CGTP. En el interior de un automóvil estaban Mariela Barreto y dos sujetos. Martin Rivas le dijo a Alayo: “Mira, compadre, vas a reivindicarte de todas las cagadas que has hecho. La señorita que ves adelante va a participar con nosotros y tiene más huevos y cojones que tú. Y el chofer, ¿ves a ese grandazo que está allá al fondo?, ése también va a participar; y yo también, pero tú vas a dar el tiro de gracia. ¡Ahí quiero verte, carajo!”



Ángel Felipe Sauñi Pomaya, técnico del Servicio de Inteligencia del Ejército (SIE), ratificó esa versión. Recordó que su colega Pedro Pretell Dámaso había reconocido su participación en el crimen.



Los trabajadores culparon desde el primer momento al gobierno de Fujimori, recordando que el ministro de economía de la dictadura, Carlos Boloña había declarado, en agosto de 1992, que la dirigencia de la CGTP no llegaría a fines de año.



La guerra estaba declarada desde que el gobierno aplicara una política económica que destruía el trabajo de los peruanos, en beneficio de grupos monopólicos. En pocos meses, el régimen había liquidado la legislación que amparaba derechos laborales conquistados a lo largo de décadas. Para agravar más las cosas, el Fondo de Pensiones acabó pasando en gran parte al sistema privado, a través de las Administradoras Privadas de Fondos de Pensiones que engulleron la mayor parte de sus ingresos. Los grandes empresarios se frotaban las manos. Por eso no extrañó que el grueso de asistentes al CADE 92 sonriera cuando el propio Fujimori anunciara, en presencia de Pedro Huilca: “¡Los días de la CGTP comunista ya se han terminado! ¡Éste ya no es el país donde mandan las cúpulas de la CGTP!”



El dirigente advirtió las consecuencias de la amenaza. A los pocos días envió un escrito, La CGTP responde, en el que recordaba que “Nunca había habido en el Perú un gobierno en el que los trabajadores hubieran asumido la capacidad de decisión. Todos han aplicado una política de opresión y han actuado en contra de los trabajadores. Le aseguramos que no le tememos y que sin alardes ni aspavientos responderemos a las bravatas y a las amenazas de quienes hoy son fuertes”.



Pero la vida de Huilca tenía las horas contadas: el 18 de diciembre, a las 8 y 25 de la mañana, el hombre de 42 años recibió unos cuarenta disparos en el cuerpo cuando se disponía a marchar a la sede de la Central. Los asesinos no repararon en disparar contra el frontis de su casa para acallar los gritos de horror.



Flor, una de las hijas de Pedro, se cruzó en el camino con una mujer de pelo corto, rubio, con el rostro pasmado. Tenía en las manos un arma. Tras la balacera, Flor llevó a su padre al hospital, pero los médicos nada pudieron hacer.



Yuri Huamaní, un estudiante de la Universidad Nacional de Ingeniería, capturado dos horas antes del crimen, fue acusado del asesinato. Sus padres fueron obligados a firmar un acta en blanco, en la que luego se consignaría una denuncia por subversión. Hasta hoy se lamentan.



A los pocos días del crimen, la policía presentó a los responsables del crimen, pero la familia de Huilca no reconoció a nadie. A una mujer la mostraron a través de la cerradura de una puerta, pero ella tenía el pelo largo y oscuro; no tenía relación con la mujer que había participado en el atentado.

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